¿La movilidad activa en México es un asunto de Género? CAMINABILIDAD E INCLUSIÓN URBANA.

 

Te invitamos a revisar nuestro nuevo texto CAMINABILIDAD E INCLUSIÓN URBANA. EXPERIENCIAS DE MUJERES DEL BARRIO DE SAN PABLO XALPA EN AZCAPOTZALCO, MÉXICO.   Como parte del proyecto Caminatas con Perspectiva de Género que estamos impulsando desde Liga Peatonal. Con el objetivo de incidir en nuestros territorios más inmediatos, las calles de los barrios que caminamos todos los días.

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Auditoría de seguridad de género y “caminabilidad”: el nuevo programa de João Pessoa con una mirada de inclusión

Auditoría de seguridad de género y “caminabilidad”: el nuevo programa de João Pessoa con una mirada de inclusión

Mulheres Caminhantes | Auditoria de Segurança de Gênero e Caminhabilidade Terminal Santana

 

 

 

 

«Las mujeres no somos vulnerables, nos hace vulnerables el espacio de las ciudades» Entrevista Zaida Muxí

Que la ciudad te permita acceder a derechos en igualdad de condiciones sin depender de tus cualidades o características; eso es algo que ahora mismo no se puede hacer, no es cierto por cuestiones de economía, de clase, de origen, de conocimiento y también de género que refuerzan todas esas singularidades negativas digamos. Una mujer no es insegura, la hace insegura el espacio. A mí no me gusta hablar de inseguridad en la ciudad en ese aspecto de lo físico porque eso nos pone a las mujeres en situación de debilidad, y no lo somos: la sociedad nos hace vulnerables porque manda un mensaje de que el cuerpo de mujer es apropiable. Y al no generar espacios adecuados donde te puedas mover, te está diciendo también : «Este no es tu sitio». Hay decisiones sobre la ciudad que hacen que las mujeres seamos más vulnerables, pero no hay que olvidar que la casa es donde ocurren la mayoría de las violencias. Aun así, cuando se piensa en seguridad en las ciudades sin perspectiva de género solo se piensa en los delitos contra la propiedad, pero las mujeres tenemos miedo sobre nuestro propio cuerpo. En el fondo, la mujer sigue siendo un cuerpo extraño en la ciudad, después de una tradición de milenios donde se nos ha indicado que había que estar en casa; una fantasía, por otra parte, porque las mujeres han estado siempre también fuera de casa.

Lee la entrevista completa acá : «Las mujeres no somos vulnerables, nos hace vulnerables el espacio de las ciudades»

Congreso Internacional Género y Espacio, una calle, una caminata, una ley, un barrio, una ciudad.  

La semana del 8 al 12 de abril del 2019 se celebró el Tercer Congreso Internacional sobre Género y Espacio en la UNAM CDMX. Fueron días de reflexionar acerca de cómo se vive, se produce, se proyecta el espacio en función al género.

Un elemento clave que nos congregó a reunirnos es que el espacio no es neutro al género. La planificación urbana y el diseño de nuestras ciudades latinoamericanas han provocado divisiones entre las esferas públicas y privadas, fomentando los roles de género históricos que han sido atribuidos a mujeres y hombres. Sin embargo, en nuestras ciudades se ha cuestionado poco sobre cuál es la realidad de éstos roles de género, sobre cómo es la experiencia espacial de hombres y mujeres en las ciudades. Estas dicotomías privado / público ya no responden a la realidad de muchas mujeres, sin embargo muchas mujeres padecen día a día éstas ciudades fragmentadas.

Por lo que tenemos que empezar a cuestionar estos supuestos falsos de que las mujeres sólo pertenecen a la esfera privada y no a la pública, ya que las mujeres somos seres móviles, simplemente que poco se ha discutido sobre las particularidades de nuestros patrones de movilidad; que son distintos para grupos específicos de mujeres, depende el  contexto y espacio, centralidad, periferia, ciudades pequeñas, medianas. Fundamental entonces entender que el género no es ajeno a otra categorías como la clase, la raza, la condición socioeconómica. Por lo que si estamos comprometidos en generar ciudades más justas, hay que empezar a reconocer cómo éstos roles condicionan la experiencia urbana de hombres y mujeres, en la movilidad cotidiana, la vivienda, el espacio público. Hay que reconocerlos y redistribuirlos ya que como señala la Doctora Paula Soto ” El género y el espacio han sido normalizados y naturalizados, son construcciones sociales y culturales y como tales, hay que problematizarlas.”  

Una de las preocupaciones centrales al momento de pensar el espacio, el territorio desde el género, es que pasa cuando esta categoría se cruza con las desigualdades estructurales de clase y condición socioeconómica. Las ciudades han provocado inmovilidades o movilidades justas, ya que “Los patrones de viajes son uno de los aspectos de la vida más claramente condicionados por el género” (Levy, 2013). Considerando esto, se discutió sobre la importancia del enfoque de la Movilidad Cotidiana para comprender las experiencias de las mujeres. Esta temática se abordó en las mesas de Movilidad Cotidiana y Género, donde ponentes de México, Chile, Perú, Brasil y Países Bajos, expusieron sus trabajos sobre la necesidad de articular el desarrollo urbano y la planificación de la movilidad. No es posible que en la Ciudad de México trasladarse siga siendo un privilegio de ubicación, ya que una mujer puede invertir hasta 4 horas diarias de traslado y otra 20 minutos, y en condiciones de calidad de viaje muy distintas. Por lo que incorporar una perspectiva de género en el espacio es abordar urgentemente una planificación compacta y densa de nuestras ciudades mexicanas.

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Participé en la mesa 18 de Movilidad Cotidiana y Género donde platiqué sobre los resultados de mi tesis de maestría “Caminar en la periferia y en la centralidad, experiencias de movilidad cotidiana de mujeres en Santiago. Una aproximación desde la ciudad inclusiva y la justicia de género.” Compartí con colegas de México, Perú y de los Países Bajos que compartieron sus proyectos de investigación en relación a cómo las infraestructuras existentes provocan iniquidades en la movilidad y accesibilidad de las mujeres, sobre la violencia en el transporte público, sobre la incidencia y percepción de programas como el “Viajemos seguras en la Ciudad de México” y sobre las consecuencias de abordar el uso que le dan las mujeres a las calles y al espacio público desde un análisis de género.

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El Congreso también fue un encuentro y fortalecimiento de una gran red de investigadoras, académicas, profesionistas y activistas trabajando en torno a Género y Espacio. Desde el compromiso de tener ciudades más justas e inclusivas, cada una está transformando una calle, una caminata, una ley, un barrio, una ciudad.